Declaración de la Arquidiócesis sobre inmigrantes y refugiados

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Desde hace tiempo la doctrina católica reconoce el derecho y la obligación de cada nación soberana de mantener una seguridad fronteriza adecuada para proteger a sus ciudadanos y al mismo tiempo mantiene claramente su postura en cuanto al respeto de la dignidad de cada persona por haber sido creada a imagen de Dios. En consonancia con esta dignidad está el derecho de toda persona a tener acceso adecuado a alimento, agua, atención de salud, empleo, justicia y libertad frente a la opresión. Como nos exhorta el Papa Francisco, debemos estar especialmente atentos a las necesidades de los pobres y vulnerables, lo que incluye a los inmigrantes y refugiados. Los cristianos son muy conscientes de que por un tiempo, Jesús, María y José—Sagrada Familia—fueron refugiados que se trasladaron a otro país para escapar de la violencia y la muerte impuestas por el injusto decreto del rey Herodes.

Como pastores, escuchamos las preocupaciones de nuestros hermanos y hermanas—reforzadas por las recientes amenazas de agresivas medidas de control migratorios—que huyen para escapar de diversas formas de injusticia, como la violencia, la guerra y la persecución. Estos inmigrantes y refugiados son a menudo miembros queridos de nuestras comunidades, parroquias y escuelas, que inspiran con su testimonio fiel y su devoción a su fe, su compromiso con sus familias y su participación positiva en la vida cívica de sus comunidades. Sustentados en los principios fundamentales de la doctrina social y moral de la Iglesia, seguiremos abogando por un trato justo y digno a los inmigrantes, así como por una reforma nacional de la inmigración que incluya una aplicación precisa, proporcionada y humana de la ley, así como vías razonables hacia la ciudadanía para los residentes de larga data, haciendo hincapié en la unidad familiar. Nos comprometemos a acompañar a los necesitados a través de la oración, la defensa, la formación y educación permanentes, los recursos legales y todos los medios de apoyo pertinentes.

En Indiana, seguimos apoyando reformas significativas que afirmen el deseo de tantos inmigrantes que buscan contribuir positivamente a la sociedad. Esperamos que la implementación de políticas razonables pueda ayudar a quienes se sienten atrapados por las dificultades de navegar por el sistema migratorio de nuestro país. No obstante, los delincuentes peligrosos con antecedentes de haber causado daño a ciudadanos estadounidenses e inmigrantes no deberían encontrar protección en estas reformas.

Invito a todos los miembros de nuestras comunidades católicas a que se unan a mí para apoyar a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes mientras abogamos por una reforma migratoria considerable. Como católicos y estadounidenses, tenemos la obligación moral de discernir la diferencia entre los vulnerables y quienes se esconden entre ellos buscando explotarlos. Que nunca nos cansemos de estar centrados en Cristo en nuestra unidad como pueblo de Dios, peregrinos de la esperanza y discípulos misioneros de Jesucristo, Salvador del Mundo.

Reverendísimo Charles C. Thompson
Arzobispo de Indianápolis

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