September 10, 2021

El rostro de la misericordia / Daniel Conway

La ‘ternura’ y la ‘cercanía’ es la esencia del cuidado de enfermos y ancianos

El Papa Francisco tuvo buenas razones para reflexionar sobre la importancia de la atención médica de calidad este pasado verano: se sometió a una operación del colon y pasó varias semanas en recuperación, primero en el Hospital Gemelli de Roma y después en su apartamento en el Vaticano.

El 11 de julio el Santo Padre dirigió el Ángelus desde un balcón del Hospital Gemelli. En su prédica, el Papa dijo:

Quiero expresar mi aprecio y mi aliento a los médicos, a los sanitarios y a todo el personal de este hospital y de otros hospitales. ¡Cuánto trabajan! Y recemos por todos los enfermos. Aquí hay algunos pequeños amigos enfermos. … ¿por qué sufren los niños? Por qué sufren los niños es una pregunta que toca el corazón. Acompañarlos con la oración y rezar por todos los enfermos, especialmente por los que se encuentran en las condiciones más difíciles: que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción de la escucha, de la cercanía, de la ternura y del cuidado. Lo pedimos por intercesión de María, nuestra Madre, Salud de los Enfermos.

“Ternura” y “cercanía” son palabras que el Papa Francisco utiliza con frecuencia para describir el amor de Dios por nosotros, y para animarnos a cuidarnos unos a otros. Cree firmemente que tenemos la solemne obligación de compartir el amor tierno y misericordioso de Cristo con todos, pero especialmente con los niños, los enfermos, los ancianos y todos los que son vulnerables.

Para quienes son discípulos misioneros de Jesucristo, la atención médica no tiene que ver con la ciencia y la tecnología, por muy importantes que sean para diagnosticar y tratar problemas de salud graves. Para ellos, la verdadera sanación tiene que ver con el amor. Se trata de cuidarse unos a otros y dar consuelo y esperanza a los enfermos. Los trabajadores de la salud deben ser profesionales cualificados, pero también deben ser seres humanos que se preocupan profundamente por la salud mental, física, emocional y espiritual de sus pacientes.

En su prédica del Ángelus, el papa Francisco expresó:

En estos días de hospitalización, he experimentado una vez más lo importante que es un buen servicio sanitario, accesible a todos, como el que hay en Italia y en otros países. Un servicio sanitario gratuito que garantice un buen servicio accesible para todos. No debemos perder este bien tan precioso. ¡Tenemos que mantenerlo! Y para ello debemos esforzarnos todos, porque sirve a todos y requiere la contribución de todos.

El acceso universal a la atención médica es una cuestión de justicia, además de caridad. El hecho de que la atención médica de calidad sea costosa no significa que deba estar únicamente a disposición de quienes puedan pagarla. El Papa cree que el cuidado de los enfermos no es una cuestión económica, sino una vocación, según afirma, “es hacer un servicio, y el servicio es siempre gratuito.”

En su homilía de la primera Jornada mundial de oración por los abuelos y los mayores, el 25 de julio, el Papa Francisco siguió reflexionando sobre las virtudes de la cercanía y la ternura. “Los abuelos y los mayores no son sobras de la vida, desechos que se deben tirar,” expresa el Santo Padre. Por el contrario, son “valiosos pedazos de pan que han quedado sobre la mesa de nuestra vida, que pueden todavía nutrirnos con una fragancia que hemos perdido».

“Preguntémonos—señaló el Papa—“¿He visitado a los abuelos? ¿a los mayores de la familia o de mi barrio? ¿Los he escuchado? ¿Les he dedicado un poco de tiempo?”” Todos tenemos la obligación de cuidar a los integrantes mayores de nuestras familias y comunidades. Pero esto no debe verse como una carga sino como una oportunidad para que las personas mayores nos inspiren y animen con sus historias de vida y sus luchas a lo largo de los años.

“Sufro cuando veo una sociedad que corre—asevera el Sumo Pontífice—atareada, indiferente, afanada en tantas cosas e incapaz de detenerse para dirigir una mirada, un saludo, una caricia.” La cercanía y la ternura son calles de dos sentidos. Tenemos que darlas para recibirlas.

En un mensaje en las redes sociales con motivo de la Jornada mundial de oración por los abuelos y los mayores, el cardenal Joseph W. Tobin escribió: Un bendecido Día de los Abuelos para todas las mujeres y hombres que comparten el tierno amor de Dios con los niños del mundo. Recemos especialmente por nuestro Abuelo Espiritual, el Papa Francisco, mientras sigue recuperándose de la operación a la que fue sometido a principios de este mes.
 

(Daniel Conway es integrante del comité editorial de The Criterion.)

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