May 15, 2020

El rostro de la misericordia / Daniel Conway

El papa Francisco acude a María como fuente de inspiración, valentía y esperanza

“Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.” (Papa Francisco)

El papa Francisco ha dicho con frecuencia que su imagen favorita de la Iglesia es su maternidad. “La Iglesia es femenina,” dice el Papa. “Es madre.”

María es el modelo, la inspiración para la maternidad de la Iglesia y para todo lo que es santo, compasivo y amoroso en la vida y el ministerio de la Iglesia. Cuando la influencia de María falta o es débil, la Iglesia ya no actúa como una madre amorosa, según nos enseña el Papa.

Durante la pandemia de la COVID-19, el papa Francisco ha recurrido repetidamente a María, Salud de los Enfermos, en busca de inspiración, valentía y esperanza. Le ha implorado que interceda por nosotros y que ayude a todos los que sufren de esta plaga moderna a encontrar consuelo en el poder curativo de su Hijo, Jesús. Inspirado en uno de los himnos marianos más antiguos de la Iglesia, Sub Tuum Praesidium (“Bajo tu protección”), el Papa reza:

“Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.”

En una reciente comunicación a los líderes arquidiocesanos, el arzobispo de Indianápolis Charles C. Thompson afirmó que María ha sido la fuente de inspiración y ayuda del papa Francisco durante esta pandemia:

“El papa Francisco nos recuerda que María es una gran fuente de fuerza, aliento y esperanza en tiempos de prueba. Porque ella es nuestra madre, se preocupa profundamente por nosotros y siempre desea lo mejor para nosotros. Pidámosle que consuele a los enfermos y a los moribundos, y que comparta su valentía con los proveedores de salud y con todos los que arriesgan sus propias vidas para atender las necesidades de los demás. Recurramos a María cuando estemos asustados o solos. Ella permanecerá cerca de nosotros y calmará nuestros miedos. Sobre todo, cuando nos sentimos confundidos o perdidos en el camino de la vida, María puede mostrarnos el camino hacia su Hijo, Jesús. No hay manera de que podamos enfrentar con éxito los efectos de la pandemia de COVID-19 por nosotros mismos. Gracias a Dios podemos confiar en nuestra Santa Madre María, y en todos los santos, para que nos inspiren y nos guíen mientras navegamos por las aguas turbulentas de esta época tan extraña.”

Recientemente el papa Francisco ha animado a todos los individuos y familias a rezar el rosario diariamente durante el mes de mayo para pedir la protección y el cuidado especial de nuestra Santa Madre durante esta pandemia. Como lo expresa el papa: “Contemplar juntos el rostro de Cristo con el corazón de María, nuestra Madre, nos unirá todavía más como familia espiritual y nos ayudará a superar esta prueba.”

El papa Francisco ha compuesto dos oraciones “que pueden recitar al final del Rosario, y que yo mismo diré durante el mes de mayo, unido espiritualmente a ustedes.”

Estas nuevas oraciones hacen énfasis en la importancia de “contemplar juntos el rostro de Cristo con el corazón de María Madre nuestra” que el Santo Padre considera que “nos unirá todavía más como familia espiritual y nos ayudará a superar esta prueba.” La carta del Santo padre, que incluye el texto completo de sus nuevas oraciones se encuentra en: https://bit.ly/3fHuJxM.

El papa es muy consciente de que aunque todos estamos deseando volver a la “normalidad,” sabemos que nunca volveremos a ser los mismos. Le ruega a María, la Madre de la Iglesia, para que inspire a todos compasión y valentía. El Papa nos ha advertido contra “el pecado de la indiferencia,” que afirma que es un virus peor que el de la COVID-19. Le pide a María que nos ayude a no retomar la vida de antes, sino que podamos avanzar en la esperanza y acoger la misión de su Hijo, Jesús.

Asimismo, el papa Francisco reza para que San José Obrero, el padre adoptivo de Jesús y el esposo de María, cuya fiesta celebramos el 1 de mayo, continúe siendo el Protector de la Iglesia.

Por último, el Santo Padre pide para que nuestras experiencias de los últimos meses nos lleven a una profunda renovación de nuestra fe en Dios, nuestra esperanza en una vida mejor por venir y nuestra capacidad de dar testimonio de la alegría del Evangelio.
 

(Daniel Conway es integrante del comité editorial de The Criterion.)

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