February 14, 2020

El rostro de la misericordia / Daniel Conway

La Biblia es la historia del amor de Dios hacia la humanidad

“La Biblia es la gran historia de amor entre Dios y la humanidad. En el centro está Jesús: su historia lleva al cumplimiento del amor de Dios por el hombre y, al mismo tiempo, la historia de amor del hombre por Dios.” (Papa Francisco, mensaje de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2020)

En su mensaje de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del 24 de enero y en su homilía del domingo de la Palabra de Dios dos días más tarde, el papa Francisco hizo énfasis en que la palabra de Dios es una historia de amor dirigida a nosotros, el pueblo de Dios, en respuesta a nuestra necesidad tan arraigada de saber quién es Dios y cómo podemos relacionarnos con Él y entre nosotros.

“El hombre es un ser narrador—dice el papa Francisco—porque es un ser en realización, que se descubre y se enriquece en las tramas de sus días.”

La historia que los cristianos hemos recibido indirectamente del Antiguo Testamento y específicamente del Nuevo Testamento, es la Buena Nueva. “El que habita los cielos descendió a la tierra, se hizo hombre,” señala el Santo Padre. “Eliminó las barreras, canceló las distancias. No lo merecíamos: Él vino a nosotros, vino a nuestro encuentro. Él desea estar con nosotros, darnos la belleza de vivir, la paz del corazón, la alegría de ser perdonados y de sentirnos amados.

“Pero, desde el principio—nos recuerda el papa Francisco—nuestro relato se ve amenazado: en la historia serpentea el mal.”

No todas las historias que oímos son buenas noticias sobre felicidad, paz o el bien común. “En una época en la que la falsificación es cada vez más sofisticada y alcanza niveles exponenciales, necesitamos sabiduría para recibir y crear relatos bellos, verdaderos y buenos. Necesitamos valor para rechazar los que son falsos y malvados. Necesitamos paciencia y discernimiento para redescubrir historias que nos ayuden a no perder el hilo entre las muchas laceraciones de hoy; historias que saquen a la luz la verdad de lo que somos, incluso en la heroicidad ignorada de la vida cotidiana.”

La Biblia está llena de historias; algunas son buenas, otras malas; algunas nos consuelan, en tanto que otras nos desafían. Pero por encima de todo, las escrituras son un testimonio del amor férreo e incondicional de Dios hacia nosotros. “En el centro está Jesús: su historia lleva al cumplimiento del amor de Dios por el hombre y, al mismo tiempo, la historia de amor del hombre por Dios,” dice el papa Francisco. “El hombre será llamado así, de generación en generación, a contar y a grabar en su memoria los episodios más significativos de esta Historia de historias, los que puedan comunicar el sentido de lo sucedido.”

En este sentido, el papa Francisco hace énfasis en que la Biblia es la gran historia de amor entre Dios y la humanidad. Pero ¿cuánta atención prestamos en verdad a esta historia? ¿Aprendemos de ella y nos la tomamos a pecho? ¿O acaso nos dejamos distraer y nos dejamos descargar trágicamente por otras narrativas, historias de oscuridad y desesperación que nos llegan de miles de formas a cada hora todos los días, a través de todos los medios de comunicación que existen?

El papa Francisco nos explica que “los buenos compromisos no son suficientes para seguir a Jesús, sino que es necesario escuchar su llamada todos los días. Sólo Él, que nos conoce y nos ama hasta el final, nos hace salir al mar de la vida.

“Por eso necesitamos su Palabra: en medio de tantas palabras diarias, necesitamos escuchar esa palabra que no nos habla de cosas, sino que nos habla de vida.”

El papa Francisco nos exhorta a estar en contacto con la palabra de Dios todos los días a través de las aplicaciones de nuestros teléfonos celulares, al memorizar pasajes clave o al dedicar tiempo para reflexionar sobre las escrituras del día que propone la liturgia eclesiástica.

“Después de que Dios se hizo historia—afirma el Sumo Pontífice—toda historia humana es, de alguna manera, historia divina. En la historia de cada hombre, el Padre vuelve a ver la historia de su Hijo que bajó a la tierra. Toda historia humana tiene una dignidad que no puede suprimirse. Por lo tanto, la humanidad se merece relatos que estén a su altura, a esa altura vertiginosa y fascinante a la que Jesús la elevó.”

En la conclusión del mensaje de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el papa Francisco hizo alusión a María, la mujer y madre que llevó la palabra de Dios en su vientre. “Escucha nuestras historias, guárdalas en tu corazón y haz tuyas esas historias que nadie quiere escuchar” reza el Santo Padre. Enséñanos a reconocer el hilo bueno que guía la historia. [...] Ayúdanos a construir historias de paz, historias de futuro. Y muéstranos el camino para recorrerlas juntos.”
 

(Daniel Conway es integrante del comité editorial de The Criterion.)

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