February 3, 2017

El rostro de la misericordia / Daniel Conway

Papa Francisco: Compartan las experiencias de la oración, el aprendizaje y la acción

Como abuelo que soy, debo confesar que me encantó la exhortación del papa Francisco a los jóvenes para que escuchen a sus abuelos y a las personas mayores en general. El propio papa celebró su 80.º cumpleaños el año pasado y, quizás ahora más que nunca está consciente de que pertenece a la “tercera edad.”

De acuerdo con el papa Francisco, las personas mayores “poseen la sabiduría de la vida” y están deseosos de compartir sus experiencias y conocimientos, siempre que los demás estén dispuestos a escuchar.

Por ello, el papa expresó a los jóvenes que se reunían con él, miembros de una asociación seglar de católicos italianos llamada Azione Cattolica Italiana (Acción Católica Italiana):”Deseo darles una tarea: Hablen con sus abuelos, háganles preguntas pues ellos guardan la memoria de la historia, la experiencia de vivir y este es un gran obsequio para ustedes que los ayudará en el camino de la vida.”

Por supuesto, escuchar y compartir supone un intercambio. Nosotros, los mayores, tenemos que escuchar a los jóvenes para comprender sus esperanzas y aspiraciones, según comentó el Sumo Pontífice. No somos meros dispensadores de sabiduría que decimos a los jóvenes qué tienen que hacer y cómo deben pensar. No; estamos llamados a ser compañeros de viaje o residentes temporales en la travesía de la vida que jamás dejarán de aprender a lo largo del camino.

Azione Cattolica Italiana fue fundada en Italia por el papa Pío X en 1905 como una organización seglar apolítica y bajo el control directo del obispado. El movimiento tiene sus raíces hacia finales del siglo XIX cuando los pueblos implementaron medidas proactivas para contrarrestar el anticlericalismo rampante que reinaba en todas partes, especialmente en Europa. La Acción Católica Italiana es probablemente el grupo de acción católica más activo que existe todavía hoy en día.

“Los jóvenes católicos pueden ser una fuerza de alegría y de paz,” dijo el papa Francisco durante su reunión con miembros de la Acción Católica Italiana.

“Al proclamar a todos el amor y la ternura de Jesús ustedes se convierten en apóstoles de la alegría del Evangelio. Y la alegría es contagiosa,” expresó.

Al reflexionar sobre el nacimiento de Jesucristo, el Santo Padre destacó que: “El nacimiento de Jesús se anuncia como una gran alegría que emana del descubrimiento de que Dios nos ama y, a través del nacimiento de Jesús, se acerca a nosotros para salvarnos. Dios nos ama. ¡Qué maravilloso!

“Cuando nos sintamos un poco tristes, cuando parezca que todo va mal, cuando un amigo nos falle, o más bien, cuando nos fallemos a nosotros mismos, pensemos: ‘Dios me ama, Dios jamás me abandona,’ ” dice el papa.

El Sumo Pontífice nos dice que Dios es siempre fiel y que nunca deja de amarnos aunque nos apartemos de Él.

“Es por ello que en el corazón del cristiano siempre hay alegría,” nos recuerda el papa. “¡Y la alegría se multiplica cuando se comparte!”

En su exhortación a la Acción Católica, el papa Francisco prosigue con la obra de sus predecesores. El Santo papa Juan Pablo II confió a los miembros de este movimiento tres “encargos,” los cuales denominó “contemplación, comunión y misión” que consideró variaciones de los temas tradicionales de Acción Católica, a saber, oración, aprendizaje y acción.

En 2008, durante el aniversario número 140 del movimiento de Acción Católica mundial, el papa Benedicto XVI expresó que:

“¿Acaso no es posible, incluso hoy en día, convertir sus vidas en un testimonio de la comunión con el Señor y transformarlas en una verdadera obra maestra de la santidad? ¿Acaso no es esta la meta de vuestra asociación? Esto será posible si Acción Católica continúa siendo fiel a sus profundas raíces de fe alimentadas mediante la completa fidelidad a la Palabra de Dios, el amor incondicional a la Iglesia, la participación sensata en la vida cívica y un compromiso constante con la educación. ¡Respondan generosamente a este llamado a la santidad!”

La oración, el aprendizaje y la acción, independientemente de la forma que adopten para los jóvenes y los mayores, son las recomendaciones vehementes del papa Francisco para el mundo de hoy en día.

La oración nos mantiene unidos al Dios de la misericordia quien nos ama y a través de quien nos viene todo lo bueno. Aprender mantiene abiertos nuestros corazones a la verdad que se revela en la persona de Jesucristo, el amor encarnado. La acción nos saca de nuestra comodidad y nos lleva a territorios inexplorados donde podemos compartir el amor de Cristo con los demás, especialmente los pobres y los marginados.

Los abuelos y los católicos mayores tenemos la responsabilidad de compartir con la Iglesia joven nuestras experiencias en la oración, el aprendizaje y la acción. Al hacerlo, también nosotros nos convertimos en «una fuerza de alegría y paz.”

“¡Que el Señor bendiga este proyecto!” dijo el papa Francisco.
 

(Daniel Conway es integrante del comité editorial de The Criterion.)

Local site Links: