November 4, 2016

Alégrense en el Señor

Mi reflexión final sobre nuestra condición de ciudadanos fieles en esta temporada electoral

Archbishop Joseph W. Tobin

Durante los dos meses anteriores he dedicado mi columna semanal en The Criterion a presentar reflexiones sobre los temas fundamentales que nosotros, como católicos y fieles ciudadanos de los Estados Unidos debemos tomar en cuenta conforme nos preparamos para el día de las elecciones el próximo martes.

Permítanme comenzar esta reflexión final con un resumen de los asuntos que he abordado hasta la fecha. Todos se basan en la publicación de los obispos de los Estados Unidos, “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles” publicada por Internet en www.usccb.org. He aquí una lista de los temas que he explorado anteriormente:
 

  • La libertad siempre implica responsabilidad (9/9/16).
  • Las decisiones morales difíciles son ineludibles, deben afrontarse (9/16/16).
  • El respeto hacia la vida humana es el camino hacia la paz (9/23/16).
  • Encontremos alegría en la política por medio de la gracia de Dios (9/30/16).
  • Recibamos con los brazos abiertos a nuestros hermanos en Cristo (10/7/16).
  • Dar preferencia a los pobres: la verdadera justicia económica (10/14/16).
  • El cuidado de la creación: una cuestión moral de nuestra época (10/21/16).
  • Debemos esforzarnos arduamente para evitar la guerra y promover la paz (10/28/16).

¿Qué tienen en común todos estos temas? Todos involucran las enseñanzas sobre moral de la Iglesia católica y, como tales, exigen que los meditemos con recogimiento al tiempo que ejercemos nuestros derechos y responsabilidades como ciudadanos fieles.

La vida humana es, por supuesto, el valor supremo. De una u otra forma, la santidad y la dignidad de toda la vida humana es el núcleo de todas estas cuestiones, entre ellas, el aborto, la eutanasia, el cuidado de la creación, la guerra y la paz, el trato preferencial de los pobres, la verdadera justicia económica, la reforma migratoria y la responsabilidad de tomar decisiones moralmente difíciles, aunque las opciones que se nos presenten no sean las ideales.

Siguiendo el ejemplo de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, me he abstenido de analizar a cada candidato o partido político en particular. Dado el clima político que impera hoy en día, esto no ha sido una tarea fácil. Pero considero que los católicos que también son fieles ciudadanos tienen la capacidad, por intercesión de la gracia divina, de tomar decisiones que sean moralmente sólidas, aunque aparenten ser políticamente incorrectas. Si votamos de conformidad con nuestras conciencias bien fundamentadas, no podremos fracasar en nuestro deber como fieles ciudadanos o católicos leales.

En mi primera columna de esta serie realicé la siguiente observación:

“Una conciencia bien informada es aquella que mira más allá de lo políticamente correcto y de las ideologías de izquierda y de derecha para encontrar la verdad. Una conciencia bien informada es receptiva a las ideas de los demás, acepta debates serios y respetuosos y se niega a permitir que los prejuicios y las emociones la distraigan de votar por las personas y los programas que promueven el bien común.”

Una vez que nos hemos informado, el reto es, por supuesto, discernir qué candidato o plataforma política se asemeja más a nuestros valores morales fundamentales.

Tal como lo señalé al principio de esta serie:

“Ningún candidato al gobierno representa a la perfección las posturas de la Iglesia católica. Ningún partido político ha redactado una plataforma que sea totalmente coherente con nuestra perspectiva sobre asuntos morales y justicia social. Y sin embargo, nuestro Papa y nuestros obispos nos exhortan con vehemencia a que participemos, a que ejerzamos el derecho [y la responsabilidad] otorgada por Dios de elegir líderes y de respaldar políticas que sean moralmente responsables y que promuevan el bien común.”

En “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles,” los obispos de los Estados Unidos expresan que: “Al tomar estas decisiones, es esencial que los católicos estén guiados por una conciencia bien formada que reconozca que todas las cuestiones no tienen el mismo peso moral y que la obligación de oponerse a actos intrínsecamente malos tiene una relevancia especial en nuestra conciencia y acciones. Estas decisiones deberían tener en cuenta los compromisos, el carácter, la integridad y la habilidad que tiene un candidato de influenciar en un asunto específico. Finalmente, estas son decisiones que cada católico debe tomar guiado por una conciencia formada por la doctrina moral de la Iglesia” (#37).

Así que debemos rezar. Debemos tomar decisiones y, seguidamente, votar en congruencia con nuestras conciencias bien fundamentadas. Y, lo que tal vez es más importante, debemos tener la determinación de reformar continuamente nuestro sistema político para que siempre se nos presenten opciones viables para defender la vida humana y promover el bien común.

Pese a los desafíos que enfrentamos, debemos abordar las próximas elecciones con gratitud hacia Dios por la libertad que tenemos para ejercer nuestro derecho a elegir nuestros funcionarios públicos y participar en definir el rumbo de nuestro gobierno local, estatal y federal.

Resulta muy fácil adoptar una actitud cínica o sentirse desanimado, pero ninguna de ellas favorece a la causa de la libertad. Nuestra fe nos dice que Dios nos proporcionará lo que necesitamos para cumplir su voluntad. Ahora no debemos dudar de este dogma. ¡Confiemos en que las decisiones que tomemos con una conciencia bien fundamentada serán las acertadas! †
 

Traducido por: Daniela Guanipa

Local site Links: