September 9, 2016

Alégrense en el Señor

La libertad siempre implica responsabilidad

Archbishop Joseph W. Tobin

“Una auténtica fe [...] siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. Amamos este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto, y amamos a la humanidad que lo habita, con todos sus dramas y cansancios, con sus anhelos y esperanzas, con sus valores y fragilidades. [...]Si bien‘el orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la politica,”la Iglesia ‘no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia.’ ”
(“Evangelii Gaudium,” #183)

Dentro de dos meses, en el día de las elecciones, tendremos que tomar decisiones muy importantes. Nosotros, como católicos y ciudadanos de Estados Unidos de América, tenemos la obligación de participar en este importante proceso y de asegurarnos de comprender todo lo que está en juego, así como también las repercusiones que tendrán las opciones que elijamos sobre el bien de todos nuestros hermanos y hermanas aquí en EE. UU. y en todo el mundo.

Los candidatos al gobierno quizás nos brinden inspiración o tal vez nos decepcionen en distintos ámbitos, pero las opciones que elijamos no deben basarse en el prejuicio ni en la emoción. Debemos votar siguiendo nuestra conciencia y basándonos en la mejor información de la que disponemos, así como también tomando en cuenta los valores morales que nos definen como discípulos misioneros llamados a difundir la Buena Nueva de Jesucristo en la vida del prójimo.

El mundo de la política y de la vida pública a menudo desafía el pensamiento claro y el juicio prudente. No es fácil discernir las respuestas correctas a los planteamientos tan importantes que se nos presentan al momento de tomar decisiones responsables en el día de las elecciones.

No tengo una bola de cristal, de modo que mis decisiones en el kiosco de votación serán tan buenas (o malas) como las de cualquier otra persona. Lo que sí tengo es una guía clara y coherente para tomar decisiones piadosas. Esa guía, por supuesto, es la Biblia y los 2,000 años de enseñanzas de la Iglesia sobre cuestiones fundamentales para vivir de acuerdo con el plan de Dios para las personas y las comunidades. La tarea que tienen por delante todos los ciudadanos fieles ahora, al igual que en todos los años electorales, es aplicar estos principios básicos de enseñanza social católica a las circunstancias concretas de hoy en día.

Para asistirnos en este proceso, a menudo complejo, los obispos de Estados Unidos nos han entregado un utilísimo marco de trabajo llamado Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles (disponible por Internet en español en http://ccc.usccb.org/flipbooks/faithful-citizenship-spanish. Esta publicación identifica varias cuestiones de suma importancia que están en juego en estas elecciones.

Los obispos no nos dicen por quién debemos votar, pero nos orientan en cuanto a los principios morales que deben aplicarse a cada asunto importante. Nos corresponde a nosotros analizar las posturas de los candidatos y las plataformas de sus respectivos partidos políticos para determinar cuál es su posición con respecto a los valores morales fundamentales.

La lista de asuntos críticos de este año es bastante extensa:
 

  • la destrucción en curso de más de 1 millón de vidas humanas inocentes cada año producto del aborto;
  • el suicidio asistido por médicos;
  • la redefinición del matrimonio, la célula vital de la sociedad, por parte de tribunales, organismos políticos y cada vez más, por la propia cultura estadounidense;
  • el consumo excesivo de bienes materiales y la destrucción de recursos naturales que dañan tanto al medio ambiente como a los pobres;
  • los ataques mortales contra compañeros cristianos y fieles pertenecientes a minorías religiosas en todo el mundo;
  • la redefinición cada vez más exigua del significado de la libertad religiosa que amenaza tanto la conciencia individual como la libertad de la Iglesia para servir a la sociedad;
  • las políticas económicas que no dan prioridad a los pobres, tanto en nuestro país como en el exterior;
  • un sistema migratorio averiado y una crisis de refugiados en todo el mundo;
  • guerras, terror y violencia que amenazan cada aspecto de la vida y la dignidad humanas.

Obviamente estos son temas muy complejos, pero los católicos como ciudadanos fieles deben comprender lo que está en juego y debemos votar conforme al dictado de nuestras conciencias bien informadas.

Una conciencia bien informada es aquella que mira más allá de lo políticamente correcto y de las ideologías de izquierda y de derecha para encontrar la verdad. Una conciencia bien informada es receptiva a las ideas de los demás, acepta debates serios y respetuosos y se niega a permitir que los prejuicios y las emociones la distraigan de votar por las personas y los programas que promueven el bien común.

Durante las siguientes semanas, a partir de ahora y hasta el día de las elecciones, pretendo dedicar esta columna semanal para reflexionar sobre las cuestiones que enumeré anteriormente.

No les diré por quién votar (en este momento ni yo mismo lo sé) pero señalaré ciertos aspectos que todos debemos tomar muy seriamente.

Al final, espero que estas reflexiones les resulten útiles para cumplir con sus responsabilidades como ciudadanos fieles de este gran país. †
 

Traducido por: Daniela Guanipa

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