October 22, 2010

Buscando la Cara del Señor

La convocatoria administrativa nos brinda la oportunidad de realizar la labor de Cristo

La convocatoria administrativa “Cristo, nuestra esperanza: compasión en nuestras congregaciones” es la convocatoria anual más importante de nuestras parroquias y de la Arquidiócesis. El éxito de esta convocatoria es crucial para nuestra capacidad para costear la gran cantidad de ministerios que se llevan a cabo en nuestras parroquias y en toda la Arquidiócesis. Este año nos hemos propuesto la meta de recaudar $5,7 millones a lo largo y ancho de la Arquidiócesis.

Tenemos la bendición de contar con muchas personas talentosas y con grandes dones en nuestras parroquias del centro y sur de Indiana, quienes comparten su tiempo, talentos y experiencia en los numerosos ministerios que ofrecemos, tales como nuestras excelentes agencias de obras de caridad católicas (Catholic Charities). Independientemente de si pensamos en los voluntarios que trabajan en Terre Haute, New Albany o Tell City, muchas personas necesitadas valoran su donativo de tiempo y de talentos.

El Señor nos llama constantemente a trabajar en su viña. Sea usted joven o mayor, nuestra Iglesia local necesita que dedique algo de su tiempo, talentos y tesoro a nuestras parroquias y a nuestra Arquidiócesis.

Recientemente en la Misa escuchamos la parábola conocida del Evangelio según San Mateo en la que Jesús relata a sus discípulos acerca del terrateniente que contrata labradores para su viña. El terrateniente contrata algunos trabajadores en la mañana y promete pagarles un salario fijo por el día de trabajo. Al mediodía y a las 3 p. m. contrata más trabajadores por el mismo salario. Hacia el final del día encuentra más personas que necesitan trabajo. A pesar de que la faena del día está a punto de terminar, los envía igualmente a la viña y promete pagarles el mismo salario que a los trabajadores que había contratado a comienzos de la mañana.

Dios nos invita a todos y cada uno de nosotros a su servicio. Algunos escuchamos el llamado temprano, en tanto que otros no lo escuchan sino hasta más entrado el día. Escuchamos el llamado de distintas formas. En qué momento escuchamos el llamado y de qué manera no es tan importante como nuestra respuesta a éste. Trabajar en la viña significa colaborar con Cristo en la redención del mundo. El tiempo que pasamos en la Tierra es corto, pero nuestra recompensa al responder al llamado de Cristo es para toda la eternidad.

No todos tienen tiempo para ofrecerse como voluntarios en las obras de caridad católicas. Sin embargo, todos podemos servir a Cristo y a la Iglesia participando en la convocatoria Cristo nuestra esperanza.

Nuestras parroquias y nuestra Arquidiócesis de Indianápolis necesitan su ayuda para realizar la obra de Cristo. La fe debe basarse en algo más que simplemente tratar de acercarnos a algo que no hemos visto. La fe puede ser concreta y práctica. Nuestra Iglesia habita en el mundo real.

Es por ello que la convocatoria de Cristo nuestra esperanza se centra en la observación de la primera encíclica del papa Benedicto XVI, titulada “Dios es amor.” “La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios, celebración de los Sacramentos y servicio de la caridad.”

Hemos simplificado la convocatoria de Cristo nuestra esperanza asociando cada una de estas tres responsabilidades con una de las tres áreas de mayor necesidad de nuestros ministerios: respaldo a nuestras escuelas católicas y programas de educación religiosa; apoyo a nuestros seminaristas, diáconos y sacerdotes jubilados; y atención a las personas más necesitadas en toda la Arquidiócesis, lo cual realizamos fundamentalmente mediante Catholic Charities.

No podemos proclamar la Palabra de Dios a menos que transmitamos la fe mediante nuestras escuelas y programas de educación religiosa y de formación de fe. Sin sacerdotes no tendríamos la Eucaristía y sin la Eucaristía no existiría la Iglesia. Debemos brindar apoyo a nuestros sacerdotes y diáconos a fin de poder celebrar los sacramentos. Para poder ejercer nuestro ministerio de caridad debemos respaldar los ministerios que llevan a cabo nuestras parroquias y la Arquidiócesis para atender a los más necesitados.

Este año le invitamos a que decida a cuál de estas tres áreas (educación católica, vocaciones o atención a los pobres) desea que se destine su dinero. La gente nos ha dicho que desea tener más ingerencia a la hora de determinar cómo se invertirá su aporte. Podrá hacerlo en la tarjeta de donación de la convocatoria.

Basándonos en nuestros deanatos, hemos dividido la Arquidiócesis en cinco regiones geográficas, y tendrá la oportunidad de ver cuánto de los $5,7 millones se destina a apoyar los ministerios de la zona donde usted y sus compañeros parroquianos viven.

Evidentemente llevamos a cabo más ministerios que los que corresponden a educación, vocaciones y obras de caridad. Si se pregunta cómo vamos a pagar todo, despreocúpese. Además de nuestra convocatoria anual, también percibimos ingresos provenientes de nuestras colectas dominicales y de los días de precepto, así como dinero proveniente de donaciones.

Me contentan los cambios que hemos realizado a nuestra convocatoria. Hemos escuchado a las personas en toda la Arquidiócesis y creo que responderán con entusiasmo.

Necesito su ayuda. †

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