July 2, 2010

Buscando la Cara del Señor

La evangelización es la esencia de la carta pastoral a los jóvenes

En el curso de las últimas tres semanas comencé a preparar el escenario para la publicación de una Carta pastoral sobre jóvenes adultos y el ministerio universitario.

Tal como mencioné en una columna anterior, estoy escribiendo esa carta como una forma de apoyar el ministerio a los jóvenes adultos y a los estudiantes universitarios, y hacer hincapié en ello. La prioridad vital del ministerio a nuestra Iglesia de jóvenes adultos en la misión evangelizadora de nuestra Arquidiócesis surgió en nuestro ciclo de planificación estratégica más reciente.

La carta pastoral adopta como su tema y contexto la “enseñanza del arte de llevar una vida cristiana en nuestra cultura moderna,” y está estructurada de acuerdo a la importancia de enseñar el arte de la vida cristiana en la familia, en la parroquia, en los institutos de enseñanza superior, en las universidades y entre compañeros. Concluye con una invitación a todos los fieles cristianos.

La carta pastoral terminó de prepararse para su publicación en la Festividad de la Visitación de la Santa Virgen María, el 31 de mayo de 2010. Se publicará a modo de serie en mi columna semanal. Al final de la serie, se presentará en una publicación por separado.

En esta Festividad de la Visitación de la Santa Virgen María, tengo el agrado de compartir con ustedes la visión de la arquidiócesis de Indianápolis sobre el Ministerio a jóvenes adultos y en los campus universitarios (YACCM, por sus siglas en inglés).

Al escribir esta carta pastoral, recuerdo el modelo de Nuestra Madre María, quien “emprendió el viaje y se fue de prisa a un pueblo,” para atender a su prima Isabel que estaba encinta (Lc 1:39).

No se trataba de un “viaje” cualquiera. De hecho, era una tarea extraordinaria ya que la propia María estaba encinta y llevaba a Cristo consigo. Viajó más de 60 millas a pie o en mula, desde Nazaret hasta Belén. Estaba cumpliendo una misión; la misión desinteresada y altruista de llevar a Cristo a alguien, ¡a otros!

El ministerio a los jóvenes adultos y en las universidades exige el mismo amor por el prójimo. Requiere que “emprendamos un viaje” y nos reunamos con la comunidad de jóvenes adultos dondequiera que esté. Supone una misión desinteresada y altruista para atender y curar las almas jóvenes que han sido formadas por el mundo, una cultura que no siempre tiene a Cristo como su eje central. Es una verdadera misión en nuestro mundo moderno; es evangelizar.

La evangelización es la esencia del ministerio de la Iglesia para los jóvenes adultos; es nuestra misión.

El papa Pablo VI en su exhortación apostólica “De la evangelización en el mundo moderno” (“Evangelii Nuntiandi”), señala claramente que “la evangelización es, en efecto, la gracia y la vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe con el fin de evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, para ser el conducto del don de la gracia, para reconciliar a los pecadores con Dios.” Cada persona ha sido llamada mediante la evangelización a una vida de santidad.

Los obispos católicos de Estados Unidos en “Vayan y hagan discípulos: plan y estrategia nacional para la evangelización católica en Estados Unidos,” desarrollan aún más el mensaje del papa Pablo, a la luz de la cultura de nuestro país. En este documento guía, plantean tres metas de la evangelización en nuestro mundo moderno:

  1. “Despertar en todos los católicos tal entusiasmo por su fe que, por amor a su fe en Jesús, la compartan libremente con los demás.”
  2. “Invitar a todas las personas en Estados Unidos, independientemente de su procedencia social o cultural, a escuchar el mensaje de la salvación en Jesucristo, de modo que puedan unirse a nosotros en la plenitud de la fe católica.”
  3. “Fomentar los valores del Evangelio en nuestra sociedad, promoviendo la dignidad de la persona humana, la importancia de la familia y el bien común de nuestra sociedad, para que nuestra nación pueda continuar transformándose por el poder salvador de Cristo.”

En el plan pastoral de los obispos católicos de Estados Unidos para la formación de jóvenes adultos, “Hijos e hijas de la luz,” implementamos estos pilares fundamentales de la evangelización para los jóvenes adultos de Estados Unidos mediante el planteamiento de que la primera meta del ministerio a los jóvenes adultos es “fomentar el crecimiento personal y comunal, así como la educación de jóvenes adultos en pos de una relación con Jesucristo que conlleve a la madurez cristiana.”

“A la luz de una creciente indiferencia ante Dios, la nueva evangelización no debe vincularse con una estructura social o política, sino con la persona de Jesucristo,” proclamó el papa Benedicto XVI. “La vida humana no puede hacerse realidad por sí misma. Nuestra vida es una interrogante abierta, un proyecto incompleto, que aún debe transformarse en gozo y llegar a realizarse. La inquietud fundamental de cada hombre es: ¿cómo puede alcanzarse esto, convertirse en un hombre? ¿Cómo se aprende el arte de vivir? ¿Cuál es el sendero que conduce a la felicidad? Evangelizar significa mostrar ese camino, enseñar el arte de vivir.” (Discurso a los educadores católicos de EE.UU., 17 de abril de 2008). †

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