October 3, 2008

Buscando la Cara del Señor

La formación de conciencia es un reto que enfrentamos en preparación para el sufragio

Pronto votaremos por aquellos que gobernarán nuestra nación y estado.

Tal y como lo han demostrado las experiencias anteriores, los parroquianos comprometidos e inquietos les piden a nuestros pastores y líderes parroquiales que se involucren directamente en la política.

La participación de católicos fieles en el proceso político es digna de alabanza. El civismo fiel es una virtud y una obligación.

Al igual que sucede con nuestros pastores, a mí también se me insta a apoyar a ciertos candidatos y a sus respectivos partidos políticos. Me gustaría hacerlo.

Si bien algunas personas no pueden entender por qué los líderes de la Iglesia no son más comunicativos y explícitos a la hora de compartir sus puntos de vista con respecto a los candidatos y sus posturas, existen razones tanto eclesiásticas como legales para la posición establecida de imparcialidad de la Iglesia, con todo y sus dificultades.

Nuestro papel pastoral, como lo describe nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI es: “servir a la formación de las conciencias en la política y contribuir a que crezca la percepción de las verdaderas exigencias de la justicia y, al mismo tiempo, la disponibilidad para actuar conforme a ella” (Papa Benedicto XVI, “Deus Caritas Est,” #28).

Desde la perspectiva civil y legal, la Iglesia debe regirse por las leyes y regulaciones civiles que gobiernan a las organizaciones exentas de tributación. La sección 501(c)(3) del Código de Rentas Internas prohíbe “la participación en una campaña política en favor o en contra de algún candidato.”

Esto se aplica no solamente a las iglesias, sino también a todas las organizaciones exentas de tributación. Se permite el apoyo y la educación en cuestiones relativas a la formación de conciencia y legislación. Sin embargo, no se permiten acciones que surtan el efecto de respaldar o antagonizar a candidatos electorales.

Espero que estén enterados de que la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos ha publicado un documento muy útil, titulado: “La formación de conciencias para el civismo fiel: Un llamado a la responsabilidad política.”

La Conferencia también publicó un resumen de una página que creo que está a disposición en muchas de nuestras parroquias. Si aún no lo ha visto, puede encontrarlo en la página Web de la Conferencia en www.faithfulcitizenship.org. Nuestra Conferencia Católica de Indiana también ha publicado un folleto titulado: “Lineamientos para pastores y parroquias en cuanto a hacer campaña y cabildeo.”

He recordado a nuestros líderes parroquiales que es importante tener en cuenta que quizás algunos parroquianos con buenas intenciones deseen que las parroquias proporcionen el espacio y los medios para ofrecer materiales electorales educativos que, si bien pretenden ser imparciales y objetivos, poseen un claro favoritismo por algún candidato o partido. Juzgar si los materiales publicados son apropiados para la educación de los electores de conformidad con las enseñanzas católicas y nuestras políticas, requiere un discernimiento prudente.

Resulta una decepción muy grande para mí que la aplicación de los requisitos del Servicio de Rentas Internas (IRS por sus siglas en inglés) no se interpreta equitativamente para todas las iglesias y demás organizaciones exentas de tributación. ¿Por qué es aceptable que los candidatos políticos hagan campaña desde algunos púlpitos pero no desde púlpitos católicos?

Es permisible y responsable hablar sobre asuntos serios que atañen a nuestra cultura nacional y local. En efecto, si debemos formar nuestra conciencia para poder acercarnos a la urna electoral, es importante prestar atención a ciertas cuestiones morales que no son arbitrarias de ningún partido político ni candidato electoral.

La lista la encabezan las cuestiones relativas a la dignidad de la vida humana. Entre ellas la prioridad más importante es la protección del nonato desde el momento de la concepción.

Esta protección no es negociable bajo ninguna circunstancia. Ni tampoco lo es la protección de los ancianos y moribundos. La eutanasia no es negociable. La investigación de células madres es inaceptable debido a la inevitabilidad del aborto de una vida humana real en el proceso. El principio en cuestión es el siguiente: No podemos hacer el mal para obtener el bien; el fin no justifica los medios. La investigación de células madre que involucre el uso de células adultas es moralmente aceptable.

Los enfoques para la resolución de la compleja situación de la inmigración deben respetar la dignidad humana de nuestros hermanos y hermanas extranjeros. Algunos no quieren escucharlo, pero la búsqueda de soluciones debe ser justa.

La moralidad de la guerra es un asunto complejo. La guerra nunca es una solución para un conflicto humano. Sin embargo, posiblemente haya un criterio responsable cuando se trata de la protección de los inocentes de la sociedad y en tal caso, la guerra puede justificarse en circunstancias verdaderamente excepcionales.

La posición de la Iglesia con respecto a la pena de muerte también es controversial. Únicamente en las circunstancias más inusuales es necesaria la aplicación de la pena capital para la protección de los inocentes. La venganza no es una razón justificable, ni tampoco brinda solaz a aquellos cuyo ser querido ha sido asesinado.

Con frecuencia en los discursos políticos se pasa por alto nuestra preocupación por los pobres. Se trata de una cuestión moral grave.

El civismo responsable y el liderazgo político exigen una búsqueda activa para ofrecer oportunidades para el empleo remunerado, atención médica y un tratamiento justo de parte de nuestra sociedad, especialmente para aquellos de nosotros que nos acogemos al Evangelio de Jesucristo.

La formación de nuestra conciencia es un reto que enfrentamos en preparación para el sufragio La oración es un contexto importante para nuestra preparación. Y también lo es la oración por los candidatos. †

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