Conferencia para la comunidad latina destaca que Cristo debe sanar los corazones para que puedan amar plenamente
El conferenciante internacional Evan Lemoine guía a alrededor de 300 participantes en oración durante la conferencia para la comunidad latina titulada “Sanar para amar,” celebrada en el Centro Católico Arzobispo Edward T. O’Meara de Indianápolis el 19 de julio. (Foto enviada)
Por Claudia Corona
La Oficina de Matrimonio y Vida Familiar de la Arquidiócesis organizó el 19 de julio una importante conferencia para la comunidad latina llamada “Sanar para amar” en el Centro Católico Arzobispo Edward T. O’Meara de Indianápolis.
La conferencia fue una iniciativa para promover el amor verdadero como reflejo del amor de la Santísima Trinidad, en un momento en el que la sociedad se ve amenazada por una mentalidad de usar y descartar. A cargo del conferenciante internacional Evan Lemoine, la ponencia se basó en la Teología del Cuerpo de san Juan Pablo II y atrajo a alrededor de 300 adultos. Casados, solteros, jóvenes y mayores se dieron cita allí para crecer en el amor y procurar la sanación de las heridas que separan el corazón humano del amor verdadero.
Lemoine ofreció una introducción a la Teología del Cuerpo, el poder de la comunicación para hacer crecer el amor, cómo superar la tendencia al uso y habló del secreto para lograr una vida sexual plena.
Compartió testimonios de personas que, gracias a la Teología del Cuerpo, pudieron reorientar sus deseos mal encaminados y encontraron a Cristo, que, según Lemoine, es el único que puede satisfacer nuestros anhelos más profundos.
El orador dejó claro que no debemos prestar atención a un mundo que nos ofrece cosas para disfrutar, usar y descartar. Muchas parejas se ven afectadas por esta visión, en la que ya no desean el compromiso, sino vivir en unión libre y permanecer juntos mientras dure el disfrute. Esta perspectiva no fomenta el verdadero amor que, tal como enseña Cristo, debe llevar a la pareja a sacrificarse, a desear su bien superior y a alcanzar su plena felicidad, afirmó Lemoine.
En cuanto al tema de la comunicación, animó a los presentes a preguntar siempre antes de quejarse y a ser conscientes de los tres tipos de comunicación: agresiva, pasiva y asertiva. Esto último lleva a las personas a expresar realmente lo que desean, con respeto y empatía.
También destacó la grandeza del sacramento del matrimonio en comparación con la cohabitación sin compromiso mutuo que, según dijo, es como tener la puerta del fondo abierta para marcharse cuando la otra persona ya no resulta útil.
Lemoine señaló además que las relaciones prematrimoniales son el pecado que aparta del amor y debilita la capacidad de amar. El verdadero amor implica entregarse, es decir, dar al otro todo lo que uno es, algo muy distinto de “prestar amor” hasta que el otro deje de satisfacer nuestras necesidades.
Según explicó, el amor conyugal nos lleva al don de la comunión, a ser creadores a imagen y semejanza de Dios.
Lemoine dedicó parte de su conferencia a desarrollar el tema de Dios creador que abarca la noción de estar abiertos a la vida. Los padres, al estar abiertos a la vida, deben cuidar dos aspectos: la paternidad responsable, que implica prudencia y generosidad, y el respeto constante a la capacidad procreadora.
En cuanto a la capacidad procreadora, si la pareja quiere evitar el embarazo, ni ellos ni el acto conyugal deben esterilizarse total o parcialmente, pues no son medios lícitos de regular el nacimiento de los hijos.
Lemoine fue claro en el tema de los anticonceptivos: aseguró que están diseñados para evitar la abstinencia.
Los métodos de planificación familiar natural—como el Billings, el sintotérmico, el Creighton y el Marquette—permiten a las parejas regular el nacimiento de los hijos y al mismo tiempo respetar el plan de Dios para la sexualidad. Mencionó que no tienen efectos secundarios y que son métodos que fomentan el amor y la comunicación en la pareja.
Al final de la conferencia, Lemoine ofreció una oración de sanación para todos los asistentes, diciendo: “Si quieres amar de verdad, tienes que dejar que Dios cure tus heridas. Deja que Dios toque tus heridas, te redima y que a partir de ese momento comience un nuevo camino.”
(Claudia Corona es coordinadora del Departamento de Ministerio Pastoral de la Arquidiócesis. Para obtener más información sobre los métodos de planificación familiar natural de la Oficina de Matrimonio y Vida Familiar de la Arquidiócesis, visite marriageandfamily.archindy.org/nfp o comuníquese con Gabriela Ross en gross@archindy.org o con Claudia Corona en el 317-236-7310 o ccorona@archindy.org.) †