March 21, 2025

El rostro de la misericordia / Daniel Conway

Los artistas devuelve la esperanza y el sentido a quienes han perdido el rumbo

Durante el Año Jubilar 2025, se han designado varios días de “jubileo” con los que se pretende acoger y celebrar a distintos grupos de personas y diversos ministerios de la Iglesia.

El Jubileo de los Artistas y del Mundo de la Cultura se celebró del 16 al 18 de febrero. Se invitó a artistas individuales y a grupos de artistas a reflexionar sobre el “camino de la belleza,” la via pulchritudinis, para encontrarse con Jesucristo, “la imagen del Dios invisible” (Col 1:15) y fundamento seguro de la esperanza cristiana, el que revela el amor de Dios a todos los hombres. Artistas de todas las razas, lenguas y culturas tuvieron la oportunidad de descubrir o redescubrir su vocación de expresar formas de belleza capaces de renovar el mundo con el don de la esperanza.

La lectura del Evangelio del 16 de febrero fue la versión de san Lucas de las Bienaventuranzas (Lc 6:17, 20-26). Según el papa Francisco, las palabras de Jesús “felices ustedes” invierten nuestra mentalidad mundana y nos invitan a mirar la realidad con nuevos ojos, con la mirada de Dios, “que ve más allá de las apariencias y reconoce la belleza, aun en la fragilidad y en el sufrimiento.” Esta nueva forma de ver el mundo es esencial para apreciar las obras de belleza.

La segunda parte de las Bienaventuranzas de san Lucas contiene lo que el Papa llama “palabras duras y de advertencia.” Estos son los “¡ay!” que siguen a las palabras de bendición del Señor: “¡Ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!” (Lc 6:24-25). El contraste entre “felices ustedes” y “ay de ustedes” es muy marcado.

El papa Francisco lanza un mensaje profético a los artistas y representantes del mundo de la cultura. “[Ustedes] están llamados a ser testigos de la visión revolucionaria de las Bienaventuranzas,” afirma el Papa. “Su misión no sólo es crear belleza, sino revelar la verdad, la bondad y la belleza escondidas en los pliegues de la historia, de dar voz a quien no tiene voz, de transformar el dolor en esperanza.”

La conexión entre la belleza, por un lado, y la verdad y la bondad, por otro, es en lo que consiste la auténtica esperanza.

Tal como nuestro Santo Padre lo plantea:

Vivimos un tiempo de crisis compleja, que es económica y social y, ante todo, es crisis del alma, crisis de significado. Nos planteamos cuestiones sobre el tiempo y la orientación. ¿Somos peregrinos o errantes? ¿Caminamos con una meta o estamos dispersos deambulando? El artista es aquel o aquella que tiene la tarea de ayudar a la humanidad a no perder la dirección, a no extraviar el horizonte de la esperanza.

La crisis espiritual de nuestro tiempo hace que a menudo las personas pierdan la esperanza y se sientan solas, perdidas y asustadas. El papa Francisco considera que los artistas pueden dar esperanza y sentido renovados a quienes han perdido el rumbo. “Pero, atención—señala el Papa—“no una esperanza fácil, superficial, desencarnada. ¡No! ¡No! La verdadera esperanza se entrelaza con el drama de la existencia humana.”

El Santo Padre ve la esperanza como algo dinámico, no pasivo. “No es un refugio cómodo, sino un fuego que arde e ilumina, como la Palabra de Dios. Por eso el arte auténtico es siempre un encuentro con el misterio, con la belleza que nos supera, con el dolor que nos interroga, con la verdad que nos llama.”

El encuentro con el misterio que se produce cuando experimentamos el arte auténtico despierta algo en la mente y el corazón. El arte nos inspira, nos conmueve y nos transforma. Como dice el papa Francisco, los artistas son “custodios de las Bienaventuranzas” que pueden tanto preservar como exponer la visión revolucionaria del mundo de Cristo.

“Vivimos en una época en la que se levantan nuevos muros, en la que las diferencias se vuelven un pretexto para la división más que una ocasión de enriquecimiento mutuo.” Los artistas, que son hombres y mujeres del mundo de la cultura, “están llamados a construir puentes, a crear espacios de encuentro y de diálogo, a iluminar las mentes y a encender los corazones.”

A los que se preguntan: “Pero, ¿para qué sirve el arte en un mundo herido? ¿No hay quizá cosas más urgentes, más concretas, más necesarias?” El papa Francisco responde: “El arte no es un lujo, sino una necesidad del espíritu. No es huida, sino responsabilidad, invitación a la acción, llamada, grito.”

La verdadera belleza nos enseña que la vida es infinitamente más que lo pragmático.
 

(Daniel Conway es integrante del comité editorial de The Criterion.)

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